O sea, a ver si lo entiendo: estamos atravesando una crisis muy dura, y los señores banqueros se escudan en ella para poner toda clase de trabas y dificultades a la hora de conceder un préstamo, y cuando lo hacen, es cobrando unos intereses infernales. Claro, que eso debe de ser sólo para los imbéciles de siempre, es decir, para los sufridos ciudadanos de a pie que lo único que intentamos es poder quitarnos de encima la losa de la hipoteca, o simplemente sobrevivir, porque pensamos que tenemos derecho a comer todos los días, y no se nos ocurre ni pensar en el enriquecimiento injusto, en la dilapidación de capitales públicos, entre otras cosas seguramente porque no tenemos acceso a ellos. Y digo que esa política tan bonita de los bancos debe de ser sólo para los imbéciles de siempre, porque llega un señor llamado Jaume Matas, que en sus delirios de grandeza ha llegado hasta a utilizar escobillas del water de las de superlujo, casado con una señora que paga una lechuga con un billete de 500 €, es decir, un matrimonio que han derrochado y dilapidado los capitales públicos de la forma más obscena. El señorito Jaume es procesado, y se le impone una fianza de 3 millones de euros. ¿Y quién le avala depositando la fianza?. ¡Oh sorpresa! El Banco de Valencia, que deposita la bonita cantidad de 1,5 millones de euros. Parece que el resto fue depositado por Caja de Arquitectos, aunque estos manifiestan que fue por una transferencia que les llegó desde el Banco de Valencia.
Alucina, vecina. Ahora ves tu al Banco de Valencia a pedirles un millón y medio de euros, y las carcajadas se oirán desde la luna.
Claro, es que si cualquiera de nosotros va a pedir un préstamo a esa entidad tan honesta, no contaremos con las siguientes ventajas, con las que si que cuenta Matas:
1. Jaume Matas pertenecía al PP.
2. Banco de Valencia es una entidad dirigida por José Luis Olivas, militante del PP y ex presidente de la Generalitat Valenciana.
3. El Banco de Valencia está vinculado a Bancaja, entidad de la que es directivo Fernando Areal, cuñado de Matas e imputado con él en el procedimiento judicial.
¡Ay qué risa, Maria Luisa! Como decía mi abuelo, la mierda, por mucho que la escondas, al final se delata por su mal olor.
No sé si reirme o llorar ante tanto cinismo y desvergüenza. Lo único que se me ocurre es aconsejar a todos los clientes del Banco de Valencia que retiren su cuenta de una entidad tan dadivosa con los amiguetes y compañeretes de ideología.
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